Ya estamos en la época en que la falsedad está al orden del día, en que todo, se supone, es alegría y felicidad… pero no por los motivos que debería serlo. Pocos, muy pocos nos acordaremos del auténtico motivo de la Navidad: el nacimiento de Jesucristo, que, a causa del sistema consumista actual (más de un politólogo podría hacer un estudio sobre sobre lo que puede empezar a considerarse como una nueva ideología, más allá del capitalismo) ha quedado relegado a la oscuridad y al olvido. Los políticos de hoy no sólo no ven mal que no se ponga el Belén, sino que lo apoyan fervientemente.
Todo empezó con San Nicolás, que fue vejado por una marca muy conocida y convertido en la figura de un tal “Papa Noel” que poco tiene que ver con las tradiciones cristianas españolas. Y con la llegada de “Papa Noel”, la presencia de los tres magos va disminuyendo; ya no interesa saber por qué los Magos llevaban oro, incienso y mirra; lo que de verdad importa ahora es que todos los niños tengan sus juguetes porque llega “el momento más deseado”, como cita un conocido anuncio de televisión donde solo se ven niños felices con sus dádivas. No critico que haya regalos en Navidad, pero sí creo que se debe enseñar a los hijos el verdadero significado de la fecha, pues ya hemos perdido la tradición de Todos los Santos (siendo sustituida por Jalogüin) y lo último que debe ocurrir es que perdamos también otra tradición que da sentido a nuestra vida, una que hemos heredado desde chicos. Sea como sea… el 24 de diciembre nace el Niño Dios y recibirá la visita de tres Magos de Oriente.
Cada vez que se acerca la fecha me acuerdo de un pasodoble carnavalesco, de una “Chirigota con clase”, que dice así:
A todos los mozalbetes
traviesos, buenos y malos,
flacuchos y regordetes,
nos ponen juguetes
los tres Reyes Magos.
Haciendo popopopopom
el corazón al acostarnos
llenitos de ilusión
para levantarnos
y ver todo el salón lleno de regalos.
Siempre, desde siempre,
España fue la de los tres Magos de Oriente.
Y ahora los pequeños vamos viendo
en los supermercados, la tele y sus cadenas
que un tal Papa Noel se está metiendo
y a los pobres Reyes Magos
van echándolos, qué pena;
nosotros no sabemos lo que pasa
porque es que todavía semos mu’ chicos;
solo vemos que el día seis en casa
nos llega la alegría del año en un ratito.
Basta, basta, Papa Noel no trago,
y pa’ que se vaya ese plasta
yo hago mi carta a los Reyes Magos.
La Espada de Alfaux
Paso al Frente 