«Qué disgusto se va a llevar mi madre»

«El quinto miura que el 28 de agosto de 1947 salió a la plaza de toros de Linares se llamaba Islero y era negro entrepelao, posiblemente tocado en los pitones. La faena de Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, Manolete, con aquel toro estaba muy por encima de las condiciones del animal. Hizo un intento de molinete de rodillas, fuera del repertorio habitual. Manolete se perfiló en corto e hizo la suerte de matar despacio y marcando los tiempos. Se hundía el estoque en el toro y, al tiempo, el pitón en el muslo derecho del torero, la fatídica cornada que le robó la vida».

Manolete era un hombre de honor, con tiros pegados de la guerra española. Su estética y estilo se basaban en el honor de saberse cordobés de la cabeza a los pies, además de español… «Una de las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo»

Sabía que, como diría Vito Corleone, «un hombre que no vive con su familia no puede ser un nombre». Por eso, a punto de morir -confesado, como siempre, antes de la corrida- solo pensó en una cosa:

«QUÉ DISGUSTO SE VA A LLEVAR MI MADRE».

Deja un comentario